"La línea del tiempo marca los caminos de la Historia.
Pero ésta siempre discurre en un espacio, en unos lugares. Algunos de
estos lugares nos son familiares, los identificamos fácilmente con lo
que hemos vivido, o incluso con acontecimientos importantes de la
Historia reciente.
Pero hay otros lugares, otros espacios, que están
cargados de silencio. Uno de ellos es el que ocupaba el antiguo gobierno
civil de Granada, donde el poeta Federico García Lorca estuvo detenido y
pasó sus últimas horas antes de ser asesinado.
García
Lorca había regresado a Granada antes del golpe de estado del 18 de
julio de 1936. Llegó a la ciudad unos días antes. Tras la sublevación,
que ocurrió en la capital granadina el 20 de julio, comenzaron las
detenciones y asesinatos a manos de los rebeldes. El propio Lorca fue
importunado en su residencia en la Huerta de San Vicente, decidiendo marcharse a un lugar más seguro: la casa de la familia Rosales,
amigos estrechos del poeta y falangistas de primera hora. Poco después,
el 16 de agosto de 1936, fue detenido y llevado al edificio del
gobierno civil, a escasas manzanas de allí.
Los diversos investigadores que han tratado de
desentrañar los últimos días del poeta y de resolver los interrogantes
entorno a su muerte han realizado aportaciones innegables y valiosas.
Sin embargo, hasta ahora no se había prestado suficiente atención
a aquel lugar donde pasó sus últimas horas antes de ser enviado a
Víznar, el pueblo a algo más de una docena de kilómetros de Granada
donde fue asesinado. ¿Cómo era el edificio donde estuvo preso García
Lorca? ¿En qué lugar exacto fue retenido? ¿Cómo se encontraba en
aquellas terribles horas?
El gobierno civil de Granada se encontraba en la céntrica calle Duquesa,
número 14. Era un edificio antiguo, algo destartalado, de tres plantas.
En su interior tenía dos patios: uno más noble y más grande, y uno más
pequeño, posiblemente dedicado al servicio. La última planta albergaba
las habitaciones privadas del gobernador civil, el comandante José Valdés Guzmán. La planta baja y la primera estaban dedicadas a las labores propias de la institución.
En
aquel verano de 1936 el gobierno civil era un hervidero de personas y
armas. Tras el golpe fue militarizado. Se realizaban constantes guardias
en las que militares, policías y voluntarios civiles ahora encuadrados
en milicias vigilaban el edificio, pero también desarrollaban las
labores encomendadas. Los testimonios insisten en que los pasillos y
salas del gobierno civil estaban atestados de personas, todas al
servicio de Valdés.
En la lista negra
Allí se elaboraban buena parte
de las listas negras que llevarían a la muerte a muchos republicanos.
También desfilaban por allí los republicanos, siendo identificados y
enviados a su terrible castigo. Pero, además, sabemos que algunos fueron
detenidos durante un tiempo en el inmueble, y que incluso no pocos de
ellos fueron torturados con el fin de lograr su confesión o una delación
que aumentase la mancha de sangre que se extendió por la ciudad.
Escalofriantes testimonios confesaron a algunos investigadores (Gibson, Molina Fajardo)
que, desesperados, algunos presos se lanzaron por la ventana hacia la
calle buscando la muerte, o incluso al patio interior. El gobierno civil
era el corazón del terror en la Granada del 36.
Todo
parece indicar que, mientras que esperaba su trágica hora, García Lorca
estuvo detenido en una pequeña habitación en la primera planta. Era una
habitación pequeña, ligeramente rectangular, que daba al vecino Jardín
Botánico. En la estancia, muy sencilla, había una mesa de despacho, un
sillón y un par de sillas. Algunos guardias afirman haberlo visitado. El
poeta estaba serio, sentado. Fumaba incesantemente, nervioso.
Uno
de los misterios que quedan por resolver sobre el asesinato del gran
poeta es el tiempo que pasó en el gobierno civil. Algunos investigadores
sostienen que estuvo solo un día y que, esa misma noche del 16 de
agosto, fue llevado a Víznar. Otros, por el contrario, afirman que al
menos pasó un día completo allí, siendo conducido a la muerte la noche
siguiente, la del 17. Esta última versión parece encajar con la fecha
del asesinato del poeta, que ahora sabemos que fue en la madrugada del
18 de agosto de 1936.
Un nuevo edificio con funciones universitarias
Terminó
la guerra. En 1944 el gobierno civil fue trasladado a otro edificio de
la ciudad. El inmueble fue demolido y, en 1955, fue inaugurado un nuevo
edificio, con una estructura muy similar al anterior. Pero ahora tenía
una nueva función: albergar dependencias universitarias. (...)"
(Miguel Ángel del Arco, eldiario.es, 11/02/20; Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el original aquí.)
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