4/2/15

“Franco reclamó a Hitler el exterminio de los republicanos”

"(...) “Nunca se repetirá bastante que fueron deportados y exterminados por orden de Franco”, afirma. Los últimos españoles de Mauthausen (Ediciones B) deja claro quienes fueron los culpables: el dictador Franco y su cuñado Serrano Suñer

 Y denuncia el desprecio y el olvido por parte del Estado dizque democrático español. La iniciativa de Hernández no termina ahí, ya que hoy lanza el portal deportados.es con vídeos, fotos y documentos de los españoles en los campos de la muerte. (...)

– Por lo que conocemos hasta el momento, están documentadas unas 8.700 deportaciones a los distintos campos de exterminio; sin embargo, aseguras que fueron más de 9.000.

— Esto se debe a que en los últimos años ha habido muchas personas que se han puesto en contacto con las asociaciones de Amical en Francia y en España para aportar datos. 

Hoy podemos decir que hubo más de 9.000 personas, hombres, mujeres y también niños con nacionalidad española en los campos nazis de exterminio. No sólo en el complejo de Mauthausen-Gussen, sino en Dachau, Buchenwald, Sachsenhausen, Treblinka y varios más.

– ¿Qué ocurrió con los supervivientes? ¿Pudieron volver a España?

— No, la gran mayoría de los que sobrevivieron adoptaron la nacionalidad francesa y se quedaron para siempre en el exilio. Solo en muy contados casos, como el de Neus Català, que regresó a Tarragona, consta que hayan vuelto. Hay un caso como el de Josep Figueras, también de Tarragona.

 A este hombre le venía bien para su delicada salud el clima mediterráneo, de modo que después de cerciorarse de que no había ninguna causa contra él, decidió regresar, pero tenía que presentarse regularmente en el cuartel de la Guardia Civil. Me decía que toda la vida se había sentido vigilado.

 La primera orden que recibió del jefe del cuartel de la Guardia Civil fue: “Pórtate bien y ve todos los domingos a misa”. Pasado el tiempo, algunos pudieron regresar de visita con pasaporte francés.

– ¿Qué testimonios te han impresionado más?

— Yo creo que el destrozo vital. Date cuenta de que muchos liberados no pudieron resistir las pesadillas y el sentimiento de culpa de haber salido vivos mientras sus amigos, compañeros y familiares murieron de una forma atroz, la mayoría de hambre y enfermedad, y tiempo después de la liberación se acabaron suicidando.   (...)

Todos me dicen que todavía, setenta años después, sufren pesadillas. “Carlos, los SS resucitan por la noche y vuelven a torturarme”, me decía un superviviente. El caso de Siegfried Meir me impresionó vivamente. Él era un niño de corta edad, hijo de una familia judía deportada a Auschwitz. A sus padres los mataron, pero como era rubito y muy guapo se lo quedaron y lo dieron a un español para que lo cuidara.

Acabó en Mauthausen. Él vive ahora en Ibiza y cuando escucha a alguien hablar alemán se pone malo, pero no porque aborrezca ese idioma ni a los alemanes, sino por una angustia, una secuela psicológica de por vida. Paco Griéguez no puede dormir por la noche: todavía siente pánico a la oscuridad.

–¿Se sienten los más ignorados en España de cuantos lucharon por la libertad?

— Lo que dicen es que en Francia y en otros países europeos son héroes –han sido condecorados, han recibido la Legión de Honor– y en España son olvidados. El Estado español les ha ignorado completamente, y no sé yo si las autoridades tendrán a bien aprovechar la efemérides del 70º aniversario de la liberación de Mauthausen y el 40º de la desaparición del dictador para rendirles homenaje y que su historia y su lucha por la libertad se conozca. (...)

– En el libro aportas pruebas concretas de que Franco y su cuñado Serrano Suñer pidieron a Hitler que exterminara a los demócratas españoles.

— La orden clave por la que los prisioneros españoles son enviados a los campos de exterminio fue cursada el 25 de septiembre de 1940 desde Berlín a las SS. Lo que les ocurrió a los prisioneros españoles que combatían a los nazis junto a algunas unidades del Ejército francés no les ocurrió a los franceses ni, mucho menos, a los británicos.

 ¿Por qué? El mismo día que Berlín dio la orden de deportar a los españoles a los campos de la muerte, Ramón Serrano Suñer estaba en la capital alemana y se había reunido con Hitler y con Himmler, el jefe de la Gestapo. Otra prueba bastante macabra y miserable de la lealtad de los jefes nazis hacia el dictador español, hasta el punto de hacer lo que Franco les pedía, fueron las peticiones de que se sacaran de Mauthausen a determinadas presos cuyos familiares había conseguido que algún preboste franquista abogara por ellos.

 Hay telegramas pidiendo la liberación de zutano o de mengano. En algún caso llegaron a tiempo. En otros, las respuestas de Berlín fueron que ya habían muerto. Es decir, que incluso después de ordenar el exterminio, Franco y Serrano Suñer decidían a quién podían librar de la muerte.

– Parece claro quiénes fueron los culpables de aquellos crímenes de lesa humanidad.

— Franco y Serrano Suñer. En el libro queda meridianamente claro. Hay asesinos, culpables y también cómplices. En el libro hablo de las empresas que se lucraron de los trabajos forzados de los prisioneros españoles, de la responsabilidad de Stalin y del mal papel de los aliados, que conociendo lo que ocurría en los campos de exterminio no tuvieron ninguna prisa en adelantar la liberación porque no había británicos ni estadounidenses. (...)"                (Entrevista a Carlos Hernández, Cuarto Poder, 31/01/2015)

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