"(...) Dos jóvenes hermanas detenidas por la Guardia Civil, fusiladas y a las que les robaron "las dotes" que tenían para casarse.
Lavanderas con dignidad
Hoy traemos los desgarradores testimonios desgarradores de los familiares de las hermanas Rufina y Beatriz Úbeda Palomares, con
24 y 22 años de edad, respectivamente. Ambas jóvenes fueron condenadas
por una de las “señoritas” del pueblo. Eran lavanderas y en ese momento
guardaban su turno, para recoger agua de la fuente de la localidad
manchega de Malagón ¿Su delito? No permitir que la “señorita”, aquella
mujer distinguida y privilegiada pasara delante de ellas.
Como en tantos sitios de España, al día siguiente fueron detenidas
por la Guardia Civil y tras varios meses en prisión, fueron pasadas por
las armas en el cementerio de Ciudad Real. Rompe el corazón saber cómo
antes de morir avisaron a su madre que llevarían consigo un lazo rojo,
para que las reconocieran, si algún día buscaban sus restos en cualquier fosa de las que se extienden a lo largo y ancho de la geografía nacional.,
Apaleadas, encarceladas y asesinadas
Eran las hermanas mayores de una familia de 9 hijos. Se llamaban Rufina y Beatriz Ubeda Palomares. La “señorita”
perteneciente a una familia franquista de esta localidad de la
provincia de Ciudad Real, las denunció al ayuntamiento de la capital
manchega por no cederles su lugar. 24 horas después ambas fueron
detenidas por la Guardia Civil acompañado de un funcionario del
ayuntamiento.
Luego recibieron palizas y estuvieron meses en prisión,
Finalmente fueron fusiladas en el cementerio de Ciudad Real.
Antes de ser asesinadas avisaron a a su madre que llevarían consigo un
lazo rojo, al objeto de ser reconocidas si un día sus cuerpos
aparecieran. En un gesto no solo de extrema crueldad sino e rapiña
propia de crueles ladrones, les robaron “las dotes” que poseían para
casarse.
Su madre, La madre, viuda y con 9 hijos, también terminó en
prisión recluida durante un año en la cárcel de Málaga acusada de haber
dicho expresiones que su familia niega que comentara. Tras pasar por
las cárceles de Ciudad Real y Málaga volvió a su pueblo, Malagón, tras haber alguien mediado para que pudiera establecerse de nuevo en su pueblo. (...)" (Juan Luis Valenzuela, El Plural, 24/10/19)
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