26/3/10

La represión en Valencia

"Aparte del móvil personal y familiar, a Empar le impulsa en sus investigaciones el hecho de conocer que a Valencia, capital de la República durante la guerra, los franquistas le hicieron pagar muy caro que fuese la última ciudad republicana en caer, ejerciendo, tras su entrada el 30 de marzo de 1939, una represión terrible e indiscriminada que afectó a los sectores más indefensos de la población republicana que había sobrevivido a la guerra. (...)

Ella, desde siempre, había escuchado historias terribles sobre la verdadera magnitud de la represión que el franquismo había desatado en Valencia tras la guerra. Aquellas historias siempre hablaban de matanzas indiscriminadas, incluso de niños y de niñas por parte de los falangistas, la Guardia Civil y el ejército franquista, de ejecuciones extrajudiciales, torturas, de personas detenidas de las que nunca se había vuelto a saber, de violaciones en masa de mujeres…del hambre terrible y de enfermedades no asistidas que habían provocado la muerte de muchísimas personas Que habían convertido Valencia en una inmensa prisión, en la que fueron habilitadas como lugares de detención los conventos, las iglesias, el hospital, el manicomio, la plaza de toros, las cocheras de los ferrocarriles….a las que había que sumar las cárceles ya existentes, aparte de los campos de concentración creados en casi todas las poblaciones.

Según aquellos testimonios e historias escuchadas, miles de personas pudieron ser asesinadas o muerto por las miserables condiciones de vida impuestas por el franquismo. Pero los muertos no se volatilizaban en el aire, así que en algún sitio tenían que estar escondido, así que en 2.001 se decide a buscar en solitario a todas aquellas personas supuestamente desaparecidas de las que no se había vuelto a saber.

Tras recorrer durante tres años los montes de los alrededores de Valencia buscando a las víctimas (inicialmente pensó que habían sido escondidas en una montaña), descubre durante 2005 y 2006, seis inmensas fosas comunes de la época franquista en el cementerio general de Valencia, a las que los diferentes gobiernos municipales, tanto del franquismo como de la democracia, habían condenado al silencio y a la clandestinidad más absoluta, así como los Libros de Registro de Enterramientos en las que constan las personas que a ellas fueron tiradas.

Ante la magnitud del descubrimiento decide limitar, para no perderse y que todo acabar a en nada, la investigación en el tiempo y documenta desde el día 1 de abril de 1.939 al 31 de diciembre de 1.945. Los trabajos ponen de manifiesto que las fosas tienen una superficie total de 41.020 m2 y consigue documentar con nombre y apellidos, edad, fecha de enterramiento, causa de muerte y lugar de procedencia (entre otros datos), a 23.600 personas." (Empar Salvador Villanova, Kaosenlared.net, 20/07/2009)

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