“Nada tiene que ver dedicar una calle a una asociación que darle el
nombre de Jerónima y de su hijo Fernando. Ella estaba embarazada y tenía
22 años. Él tenía tres años. Quienes tomaron el poder por la fuerza en
el Bierzo consideraron que era necesario que fueran asesinados y lo
llevaron a cabo. ¿Qué tipo de ser humano asesina a una mujer en estado y
a un niño?” (...)
Lo que la familia de Jerónima ha conseguido reconstruir es que cada
noche los falangistas fueron a casa de Isaac Cabo que era sindicalista y
al que buscaban. Jerónima Blanco, embarazada de seis meses les dijo una
vez más que no estaba en casa. Pero aquel 23 de agosto de 1936, volvieron a las tres de la madrugada,
rompieron la puerta con las culatas del fusil, sacaron a Jerónima a la
calle y la mataron a tiros.
La vecina de enfrente lo vio todo escondida
desde su ventana y contó a Abel, al sobrino nieto de Jerónima que al
niño, a Fernando que tenía tres años, lo tiraban al aire y disputaban a
ver quien hacía diana a disparos como si estuvieran jugando al tiro al
plato. Todos estos hechos Abel a través de la ARMH los puso en
conocimiento del juez Garzón cuando este instruía el proceso contra el
franquismo y tras que el juzgado de Ponferrada archivase el caso." (El Plural, 28/08/2012)
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