"Camboya dio hoy un paso más para dejar atrás el capítulo más negro de su
historia moderna tras declarar a los dos últimos líderes vivos del
Jemer Rojo culpables de genocidio y crímenes contra la humanidad, y
condenarles a cadena perpetua.
El tribunal auspiciado por la ONU
concluyó así la causa contra la cúpula del régimen liderado por Pol Pot
que entre 1975 y 1979 causó cerca de dos millones de muertos a causa de
trabajos forzados, enfermedades, hambruna y purgas políticas.
El ex “número dos” e ideólogo de la organización comunista, Nuon
Chea, de 92 años, y el antiguo jefe de Estado de ese régimen, Khieu
Samphan, de 87, son los únicos miembros del estrecho círculo dirigente
que han sobrevivido lo suficiente para oír una sentencia condenatoria.
“Hoy se ha hecho justicia”, dijo a la prensa el subsecretario general
de Asuntos Legales de la ONU, Miguel de Serpa Soares, tras la vista.
“Aunque la justicia ha prevalecido, nuestros pensamientos están con las
víctimas de los crímenes inenarrables que se cometieron en este país”,
añadió.
Ayudado por los guardas, Khieu Samphan se levantó para escuchar la
sentencia leída por el juez Nil Nonn que Nuon Chea oyó desde su celda
tras recibir el permiso de los magistrados para ausentarse de la sala
principal del tribunal.
El fallo reconoció por primera vez la comisión de genocidio por parte
del Jemer Rojo contra las minorías vietnamita y la musulmana cham y
declaró a los dos acusados culpables de ese delito, si bien eximió a
Khieu Samphan en el segundo caso por falta de pruebas concluyentes sobre
su intencionalidad.
La decisión dejó satisfecho a Seng Ya, miembro de la comunidad cham
de 73 años, que se encontraba entre el numeroso público que llenó la
sala del tribunal.
Tras la vista, Seng explicó a Efe que solo 50 de las mil familias de
su aldea sobrevivieron al régimen y dijo que espera que la sentencia
alivie y aporte una sensación de justicia a todas las víctimas.
El juez también declaró a los acusados culpables de crímenes contra
la humanidad -incluidos asesinato, exterminio, deportación, esclavitud,
tortura, persecución por razones políticas, religiosas y étnicas-
crímenes de guerra y actos inhumanos, como desapariciones, matrimonios
forzados y violación.
La fiscalía celebró la decisión de los jueces en este caso del que
“casi todo el mundo (en el país) fue víctima de una u otra manera” y
destacó la importancia del reconocimiento como delito de los matrimonios
forzados y las violaciones.
“(Las víctimas) querían el reconocimiento internacional y ahora ya lo
tienen”, dijo a la prensa Nicholas Koumjian, uno de los fiscales.
El gobierno camboyano también aplaudió la sentencia y el trabajo
realizado por el tribunal a través del viceprimer ministro, Bin Chhin
que calificó la jornada como un “día histórico”.
Las defensas, que habían rechazado las acusaciones al considerar que
la responsabilidad e intencionalidad de los acusados no había sido
probada, mostraron en cambio su disconformidad y anunciaron que
presentaran recursos de apelación.
“No estamos contentos con el veredicto”, dijo a la prensa el abogado
de Khieu Samphan, Kong Sam Onn, que calificó el fallo como “muy
confuso”.
El juez Nil Nonn decretó la fusión de la condena con la que ya fue
impuesta a los dos exdirigentes en una fase anterior del juicio, que se
centró en la evacuación forzosa de centros urbanos y las ejecuciones de
adversarios tras el final de la guerra civil.
Las Cámaras Extraordinarias de las Cortes de Camboya, nombre oficial
del tribunal, decidió segregar esta causa debido a su complejidad y el
temor de que los acusados, de edad avanzada y salud frágil, murieran
antes de que se dictara sentencia.
El juicio contra la cúpula del Jemer Rojo comenzó en 2011 con dos
acusados más, el exministro de Asuntos Exteriores Ieng Sary, y su esposa
y exministra de Asuntos Sociales, Ieng Thirith, que murieron en 2013 y
2015, respectivamente.
Pol Pot, murió en 1998 en el último bastión de la guerrilla maoísta
en la selva del norte de Camboya, prisionero de sus propios
correligionarios y meses antes de que estos acordaran su disolución con
el gobierno de Phnom Penh.
El tribunal, en marcha desde 2006 tras una larga negociación entre la
ONU y el gobierno, ha recibido críticas por la duración del proceso, su
elevado coste (300 millones de dólares) y las interferencias políticas
del gobierno camboyano.
La primera sentencia se emitió en julio de 2010 contra Kaing Guek
Eav, alias “Duch”, a quien se impuso una condena de 35 años, elevada en
apelación a cadena perpetua por su responsabilidad en la tortura y
muerte de más de 12.000 personas en la prisión S-21.
La corte trabaja en dos casos más contra cuatro cargos intermedios
pese a la oposición de jueces y fiscales camboyanos del tribunal y la
obstrucción del gobierno, en cuyas filas hay varios ex jemer rojo,
incluido el primer ministro, Hun Sen, quien se opuso a la apertura de
nuevas causas." (República, 16/11/18)
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